30/1/12

España: Yo fui jurado popular y no querría que me juzgara un tribunal de ciudadanos

Por El Mercantil Valenciano

El Mercantil Valenciano On Line
 
Extractos:
 
Un valenciano que ha sido miembro de un jurado en otro caso mediático revela los entresijos de la institución que absolvió a Camps.
 
Carlos no se llama Carlos ni tampoco podría estar contando lo que relata porque la ley se lo prohíbe. Pero él sabe que su testimonio, en medio del debate sobre el jurado popular que ha absuelto a Francisco Camps y Ricardo Costa de un delito de cohecho impropio, arroja luz sobre esta polémica institución jurídica formada por ciudadanos de a pie. Carlos es valenciano y fue elegido miembro de un jurado que impartió justicia ante un delito cometido hace unos años en la Comunitat Valenciana con bastante eco mediático. La protección de su identidad impide dar más detalles. Pero sí que permite ofrecer las interioridades de un jurado popular y la conclusión tan rotunda que Carlos sacó: «Yo fui jurado popular y no querría que me juzgara un tribunal así. Es más: a mí me parece una forma errónea, y no entiendo por qué la justicia opta por un jurado popular cuando hay jueces». Visto lo visto, asegura: «Creo más en la justicia impartida por jueces profesionales que en la justicia de los jurados populares».

Su experiencia comenzó de una forma sorprendente: «Me acuerdo de que antes de empezar el juicio, nada más sentarnos, uno de los miembros del jurado se dirigió al resto de miembros y dijo: “Este tío es culpable, ¿no?”. ¡Sin haber empezado el juicio todavía!», exclama. Parece el comentario de una barra de bar, pero no el que se espera de una persona que va a impartir justicia.

Carlos replica de inmediato: «Pero es que el tema está ahí: que un jurado popular está conformado por gente que va a la barra del bar. En nuestro jurado había miembros de toda clase: amas de casa, una limpiadora, un mecánico, un estudiante… Se junta gente de toda condición, y parte de esa gente es de nivel cultural medio-bajo, que no tiene una educación superior, sino que la tiene básica o ni siquiera eso. A esa gente, cuestiones complejas como leyes, peritos o pruebas documentales las pilla muy lejos». Otra frase que recuerda de aquellos días de juicio: «Creo que era una limpiadora la que dijo: “Yo de leyes no sé nada”. La gente corriente no estamos preparados para juzgar; no le puedes pedir peras al olmo», dice.

Otro aspecto sustenta su argumentación. «En nuestro juicio —explica— los abogados y los fiscales interpelaron mucho al jurado con argumentos poco jurídicos. Por ejemplo, que bajo nuestra responsabilidad estaba que el acusado estuviera en la calle en más o menos años. Eso es algo muy rastrero y yo lo considero intolerable. Un juez está preparado para hacer caso omiso a ese tipo de cosas, pero un jurado popular es más influenciable», advierte Carlos.

Así es la deliberación
Después de cinco días de vista oral, el juicio quedó visto para sentencia. ¿Qué ocurre en ese momento? ¿Cómo ha podido ser el encierro de los miembros del jurado del caso de los trajes? «En nuestro caso no hubo hoteles —bromea Carlos—. La verdad es que fue bastante rápido. Cada uno decía lo que le parecía. Si había preguntas, se planteaban en voz alta en la mesa y la gente decía lo que pensaba. Pero no hubo mucha discusión. El jurado no tuvo dudas sobre la culpabilidad del acusado, pero sí que hubo discusión sobre la gravedad del delito y en ese aspecto hubo votos dispares. En un par de horas llegamos al veredicto», señala.

Eso sí: «sin nada de tecnicismos» en los debates ni fijarse demasiado en la letra pequeña. «En cinco días consecutivos de juicio acumulas mucha información. ¡Pues imagínate en este juicio de los trajes, que ha durado más de veinte días! Son unas condiciones muy difíciles para gente que no está preparada».

En su caso, Carlos asegura por su experiencia que no hubo ningún líder del jurado que decantara la opinión de algún otro miembro, como algunos especulan que ha ocurrido en el juicio contra Camps y Costa. Sin embargo, no le extraña que esto ocurra. «En mi caso no fue así, pero es una consecuencia lógica del nivel cultural no demasiado elevado, que hace a la gente más influenciable. También es gente, por mi experiencia, que en casos mediáticos tiene una idea preconcebida antes de empezar el juicio de la que luego les es muy difícil abstraerse», concluye.

«Una responsabilidad enorme»
Años después de su experiencia, Carlos sigue preguntándose «para qué sirve la figura del jurado popular». «He oído que es para acercar la justicia al pueblo, pero el beneficio de esa medida me parece bastante escaso comparado con lo que estamos hablando: la carrera de una persona o que acabe o no en la cárcel. Es que no estamos hablando de ninguna tontería, sino que está en tus manos una responsabilidad enorme. ¿Hasta qué punto la gente está preparada para ello y es consciente de esa responsabilidad?», se pregunta.


Enlace: Versión On Line
 
Mercantil Valenciano On Line
30/1/2012

28/1/12

España: Tu vida en manos de la “deliveración faborable” de un Jurado

Por El Confidencial

El Confidencial
España

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La publicación del veredicto del jurado popular que ha declarado “no culpable” a Francisco Camps ha puesto la puntilla al debate sobre el sentido mismo de esta institución. El acta, un manuscrito de 16 folios, está plagada de faltas de ortografía y errores de todo pelaje. Pese a que saber leer y escribir es condición indispensable para ser miembro de un Jurado, no parece que sea necesario hacerlo correctamente.

El texto comienza con buen pie anunciando que “el jurado, a deliberado”. Pero eso es sólo la punta del iceberg, ya que después aparecen cosas como “faborable”, “hallan”, “tubiera”, por no hablar de la ausencia casi total de tildes y, lo que es aún más grave en un escrito de este tipo, se refiere a Camps como si en la actualidad siguiera siendo presidente de la Generalitat.

El Jurado vive sus horas más críticas desde que se instauró en 1995. La decisión de declarar “no culpable” a Ricardo Costa y Francisco Camps no fue unánime, se tomó por cinco votos contra cuatro, y ha levantado ampollas, no sólo en el mundo judicial, también entre la ciudadanía. ¿Qué sentido tienen los jurados populares? ¿Acercan el pueblo a la justicia o introducen populismo en ella?

El jurado popular cuenta con muy poca tradición en el sistema jurídico español. No entró en funcionamiento hasta la aprobación de la Ley del Jurado de 1995. Esta ley articula el funcionamiento de una institución reconocida en la Constitución y que, según su artículo 125, debe servir para que los ciudadanos participen en la Administración de Justicia. En el momento de redactar la Constitución, y más tarde la ley, se debatió largamente sobre las funciones que debería tener el Jurado y sobre su misma existencia. El debate ha sido permanente en los círculos jurídicos, y vuelve a la portada de los diarios en cuanto se desarrolla un juicio mediático, pero ha resurgido estos días con más fuerza que nunca.

Fernando Santa-Cecilia, profesor de derecho penal de la Universidad Complutense de Madrid, cree que “en el mundo anglosajón hay una tradición amplísima y el jurado funciona, pero en España no existe esta tradición y no funciona como debería”. “El inconveniente que tiene”, explica el profesor, “es que las personas que lo integran no son profesionales del derecho y a veces no emiten juicios objetivos”. ¿No nos podemos fiar de los ciudadanos elegidos por sorteo? “En Valencia [en referencia al juicio del ‘caso de los trajes’] ha habido un dislate de cinco a cuatro con problemas emocionales de por medio, de matiz político”, afirma Santa-Cecilia.

Llarena es muy claro al respecto: “La figura del Jurado popular supone un enjuiciamiento más lento y no se justifica en la actual situación de colapso”. El portavoz de la asociación mayoritaria de los jueces cree que además el jurado popular es “extraordinariamente costoso”. “Son procesos largos”, explica Llanera, “en los que hay que pagar a cada miembro del jurado que, además, está faltando a su trabajo con la pérdida de productividad económica que eso supone; con esta situación, en una administración de justicia llena de carencias, es un gasto que se podría evitar”.


Tu vida en manos de la “deliveración faborable” de un Jurado
Por Miguel Ayuso

El Confidencial On Line - España
28 de enero de 2012.

27/1/12

España: Un veredicto cargado de faltas de ortografía

Por El País

Periódico El País
España

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Saber leer y escribir es uno de los requisitos que la ley marca como exigencia para ser miembro de un tribunal popular. En los nueve que conformaron el jurado del ex-presidente valenciano, Francisco Camps, se cumplía este requisito ya que nada dice la norma sobre la ortografía.

El manuscrito del acta del jurado está plagado de fallos ortográficos. Es llamativo el primero de ellos, en la primera frase, que dice “El jurado, a deliberado, sobre los hechos”, en la que no solo falta la h del verbo haber sino que se pone entre comas el verbo, apartándolo del sujeto y el objeto. El “problema” con el verbo haber se repite. Más adelante, en una afirmación trascendental, el acta señala que “los supuestos regalos no han quedado demostrados que se les hallan pagado”. Y pese a que “favorable” y “desfavorable” está escrito en unas cuantas ocasiones en el objeto del veredicto que redactó el magistrado (en el que tenían que fijarse para redactar el acta), al encargado de la redacción del manuscrito también se le escapó un “faborable”.

En sus últimas consideraciones, el acta del jurado incluye además un error propio de los valencianos, el de la concordancia: “durante la deliberación no han ocurrido ningún tipo de incidencias”, dice.

Los miembros del jurado estuvieron unas 15 horas, divididas en cinco sesiones y tres jornadas, deliberando sobre el futuro de los acusados. Quizá fue ese el motivo por el que en la redacción se obviaron más de una treintena de acentos. Sin embargo, hay otras muestras que indican que, en algunos casos, se fijaron en la ortografía ya que hay un “atribuyen” en la que la y está corregida sobre la ll, al igual que un “devolvió” que se escribió inicialmente con b, o incluso un “probado” que finalmente fue bien escrito.

Al margen de las faltas ortográficas hay otros elementos que resultan no menos llamativos y es que, en alguna ocasión, el jurado habla de Francisco Camps, como presidente de la Generalitat, en presente. “El sr. Camps no tiene influencia alguna en materias de contratación como presidente de la generalitat” (sic). En otras referencias el “tiene” está corregido por el “tenía”, al igual que se puede comprobar en las ocasiones en las que se habla del ex secretario general del PP valenciano y también acusado, Ricardo Costa, en las que el tiempo verbal está corregido.


Un veredicto cargado de faltas de ortografía
El País
Valencia (España)
27 de enero de 2012

25/1/12

España: Un tribunal profesional no habría absuelto a Camps

Por El País

Periódico El País
España

Extractos:

Quien les escribe ha debido equivocarse de sala y asistir a otro juicio con un reo parecido a Camps pero que no debía ser Camps. Pero les aseguro que allí se hablaba de trajes de Milano y Forever Young y se oían grabaciones de un señor que ya no tenía bigote pero que le llamaban El Bigotes. Y que había una pantalla de televisión situada a la izquierda del juez Climent (a lo mejor era su doble) en la que aparecían documentos con importes de dinero de trajes vinculados con los apellidos Camps y Costa. Y hasta talones con cifras coincidentes de los abonos de esas prendas pagadas por una red que se llamaba Gürtel. ¡Apañado estoy como se entere mi director que me he equivocado de juicio!

Aunque, pensándolo bien, no descarto la posibilidad de que yo estuviera en la sala del juicio de Camps, la correcta, y el jurado popular se equivocara y se metiera en la del otro Camps. Esto es un lío. En la que yo he estado, que creo que era la auténtica, había un derroche de pruebas con explícitas grabaciones, clarificadores testimonios e irrefutables documentos incriminatorios.

Pocas veces quien les escribe, que ha asistido y cubierto centenares de juicios, había observado la contundencia con que, día tras día, caían fulminados los alegatos de la defensa de Camps. Y cómo eran desenmascarados los sonrojantes ardides empleados por algunos proveedores de las prendas para tapar que quien pagó los trajes no fue Camps sino la red Gürtel. Muy inquietante lo del informático de Forever Young al que se le obligó a manipular la base de datos para que en los tiques de compras se transmutara el apellido Camps por el de Pérez (Alvarito/El Bigotes). Porque este juicio, a falta de un muerto, ha contado con un buen cancerbero de miseria propias y ajenas.

Se le ha preguntado al jurado (aseguran que algún guiño de simpatía salió desde sus asientos hacia el de los acusados al principio de la vista) si Camps recibió regalos, joyas, trajes, de El Bigotes y la red Gúrtel “en función de su cargo público”. Y el jurado ha dicho que no y le absuelve. Cabe deducir que regalos hubo (¡si es que hablamos del mismo juicio!) pero no por el cargo. O sea, el tarjetón navideño de Álvarito a Camps (inmortalizado en las grabaciones con un “Fíjate si te debo”, presidente) fue seguramente por amor al arte. Pues es vox pópuli en Valencia la altruista generosidad de Alvarito con los sin techo y los niños pobres. Sus obras de caridad han sembrado más de una lágrima navideña. Nada tienen que ver con los siete millones de euros que se llevo, a dedo (no por la cara), su empresa de la Administración de Camps. Aunque puede que fuera del otro Camps. Una cosa sí creo segura: un tribunal profesional no lo habría absuelto. Cabe recurso, y entonces sí será ante profesionales.


Un tribunal profesional no habría absuelto a Camps
Por José Antonio Hernández

El País
25 de enero de 2012

18/1/12

España: Un miembro de un Jurado Popular abandona el juicio por una crisis de ansiedad en Madrid

Por Europa Press
 
Europa Press - Madrid - España
 
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Un miembro de un Jurado Popular de la Audiencia Provincial de Madrid ha abandonado esta mañana el juicio que se sigue contra un acusado de matar al novio de su hermana después de que sufriera una crisis de ansiedad al recordarle una declaración a algún asunto familiar cercano, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
 
El incidente se ha producido cuando la madre del acusado estaba declarando ante la Sala. En ese momento, una mujer del Jurado ha sufrido una crisis de ansiedad, teniendo que interrumpir el tribunal el juicio y siendo atendida por un equipo médico.
 
Tras el recibir asistencia, el tribunal ha decidido dispensar a la mujer de su obligación de formar parte del Jurado y se ha reemplazado su presencia con uno de los dos sustitutos.
 
N.E.: Es la consecuencia natural de obligar a personas a realizar tareas que no les corresponde realizar y para las cuales no se han preparado ni tienen experiencia.
 
 
Madrid, España
Europa Press
18 de enero 2012

3/1/12

España: Librarte de ser jurado en un juicio, otro uso no muy bueno de Facebook

Por Genbeta
 
Genbeta

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Las redes sociales, y en este caso más concreto Facebook, son una herramienta muy útil y versátil en nuestro día a día.

Pero muchas veces podemos utilizarla de una forma inadecuada. En este caso un acto tan aparentemente inocente como pudiera ser realizar una solicitud de amistad ha traído mucha cola.

Claro que todo depende de a quién le mandas dicha petición. En este caso un componente de un jurado ha sido el que la ha mandado, y ni corto ni perezoso, lo ha hecho directamente a la acusada.

Mira que hay millones de usuarios en Facebook, pero de todos ellos tienes que elegir, y desde luego no de forma fortuita, a la acusada de un juicio en el que actúas como jurado.

Las consecuencias vinieron rápidamente y fue retirado del jurado, que al final parecía que era su primera intención ya que con anterioridad lo había comentado pidiendo consejo en su mismo muro de Facebook.

En este caso parece que se salió con la suya, pero esta picardía puede que no vuelva a pasar impune otra vez, y es que ya se han dado casos de trabajos para la comunidad (en el estado de Texas) después de haber sido retirado de otro jurado tras haber mantenido una conversación con la acusada a través de el chat de Facebook.


Librarte de ser jurado en un juicio, otro uso "no muy bueno" de Facebook
Por Miguel Matos

Genbeta
3 de enero de 2012