Por La Mañana de Neuquén
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“Sí, estoy de acuerdo”, se escuchó en la sala de audiencias. A regañadientes, Javier Segundo Méndez aceptó haber incendiado intencionalmente la casa donde dormía su ex pareja, Gladys Amada Hernández (49). La mujer falleció dos meses más tarde por la gravedad de las quemaduras.
En un primer momento, el hombre estuvo acusado de femicidio, pero la familia decidió llegar a un acuerdo para evitar la exposición de los medios y la lotería del fallo de un jurado popular.
Ayer, la fiscalía y la defensa de Méndez llegaron a un acuerdo parcial, por el que el acusado debió admitir su culpabilidad bajo la carátula de incendio seguido de muerte.
Un tribunal hizo lugar al convenio, aunque recién en cinco días darán su veredicto por la condena solicitada de 16 años de prisión con cumplimiento efectivo.
No hubo carteles ni se escucharon pedidos desgarradores de justicia. Tampoco una multitud esperando el veredicto de los jueces. Aunque, sin duda, el dolor y la entereza estuvieron presentes en la única persona que fue en representación de Gladys: su hija.
Tras llegar a la sala, en un cuarto intermedio, la joven se sentó y, sin siquiera terminar de acomodarse, la realidad la enfrentó sin permiso. Méndez ingresaba por segunda vez a la audiencia, con la cabeza gacha, sin aires de remordimiento y con un rostro inexpresivo.
En ese instante, la mujer le clavó los ojos como si no pudiera creer tenerlo a tan escasos metros. Es que probablemente, la última vez que sus miradas se cruzaron fue durante la noche en que se desató el horror.
Luego, cuando los jueces hicieron lugar al acuerdo, quien tuvo el derecho de hablar fue el acusado, aunque calló tras aceptar los hechos.
El caso de Gladys fue el tercero de la provincia caratulado como femicidio. Tras un fallo positivo —el de Noemí Maliqueo— y otro negativo —el de Mónica Huircaleo—, la familia de Gladys prefirió la seguridad de tener a Méndez tras las rejas, aunque sea resignando algunos años de prisión, y evitar la lotería del juicio por jurados.
Méndez entró con un bidón con nafta
Durante la madrugada del 27 de agosto de 2015, la Policía tuvo que ir dos veces a la casa del Plan 30 Viviendas de Vista Hermosa, en Centenario. En la primera, convencieron al hombre de que se fuera. Creyeron que era un caso más de violencia familiar.
Unas horas después tuvieron que volver. Es que Javier Segundo Méndez (37) ingresó por la ventana con un bidón con nafta. Fue hasta Gladys, que dormía en un colchón en la cocina junto a su hijo de cuatro años, quien advirtió la presencia de Méndez.
“El nene despierta a su mamá y le pide que llame a la Policía”, sostuvo la fiscal de la causa.
Cuando Gladys miró, Méndez estaba rociando la casa. Acto seguido tiró un cigarrillo que tenía en la mano (también tenía un encendedor en su poder). Todo lo que continuó fue pura desesperación y llamas.
Méndez también se quemó e intentó refugiarse colocándose una manta.
Gladys fue internada de urgencia y el 7 de noviembre murió. Su pareja también resultó herida y estuvo hospitalizado hasta el 11 de diciembre, que recibió el alta.
Luego, Méndez fue detenido y le formularon cargos por femicidio. Por las quemaduras le dieron prisión domiciliara, pero se fugó. Lo encontraron el 23 de abril.
Enlace: Versión On Line
Mató a su ex y acordó para evitar la perpetua
Carolina Diocare - policiales@lmneuquen.com.ar
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9 de agosto de 2016