Por Faro de Vigo
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Tras la sobreexposición mediática del caso, el reto del tribunal de jurados es centrarse (sólo) en las pruebas que vean en el juicio. El 23 de junio comienza el juicio por el caso Asunta. El proceso arrancará con la selección de los 9 ciudadanos que formarán el tribunal popular que deberá decidir sobre la culpabilidad o no de Alfonso Basterra y Rosario Porto, para los que el fiscal pide 18 años de cárcel al acusarles de asesinar a su hija. ¿Será posible conformar un jurado que no esté contaminado por todo lo que mediáticamente ya se contó? Jueces, fiscales y abogados ven casi imposible que sus miembros no tengan una valoración previa.
¿Es posible elegir a un tribunal popular libre de prejuicios, que no esté contaminado, tras el bombardeo mediático al que se ha visto expuesto el caso Asunta? A escasas cinco semanas de que arranque el juicio que sentará en el banquillo a Rosario Porto y Alfonso Basterra como presuntos autores del asesinato de su hija de 12 años, el jurado, una institución que funciona en España desde 1995, vuelve a estar en el centro del debate.
"Mi cliente ya fue crucificado por la opinión pública", expuso en su día el que fuera abogado de José Bretón, el padre que mató a sus dos niños en Córdoba, al iniciarse el juicio que finalizaría con el veredicto de culpabilidad emitido por el tribunal ciudadano. Y ahora es el letrado de la madre de Asunta, José Luis Gutiérrez Aranguren, el que expone sus temores a esta figura. "Va a ser imposible garantizar la imparcialidad del jurado", advirtió en varias ocasiones.
Ante la proximidad de la vista, jueces, abogados y fiscales consultados por FARO reflexionan sobre el jurado, los juicios mediáticos y el caso Asunta en particular. Imposible, coinciden, seleccionar un tribunal en el que ninguno de sus integrantes conozca del crimen. Muy complicado, apunta la mayoría, que lleguen "limpios" de prejuicios. Que no tengan una valoración formada. Que no sientan la presión social. El desafío que afrontan es el de tener la capacidad suficiente de huir de juicios paralelos y emitir su dictamen en base a lo único válido para la Justicia: los indicios y pruebas que se presenten en la sala de vistas.
Con una institución como la del jurado que está a punto de cumplir los 20 años, son muchos los abogados vigueses que han intervenido en procesos de este tipo. Fina Barros no duda de que el tribunal que juzgue a Porto y Basterra "intentará hacerlo bien". Pero al mismo tiempo advierte de que los jurados pueden ser "muy influenciables". "Funcionan más por sentimientos", opina. El letrado Felipe Prado ve difícil "garantizar la imparcialidad" en un proceso como el de Asunta en el que es imposible no tropezarse con noticias del caso. "Yo mismo como observador externo ya estoy plenamente contaminado", afirma.
Y Tomás Santodomingo, que fue abogado de la acusación en el polémico proceso del crimen de la calle Oporto de Vigo, también ve muy complicada esa imparcialidad. "Los jueces profesionales se preparan para juzgar a la gente, no son susceptibles de presión, no son tan permeables como una persona que sólo una vez en su vida va a ser jurado, y además en el 99% de los casos a disgusto", afirma el letrado, que advierte de que, aunque el veredicto versará sobre lo visto en el juicio, una persona "no puede desprogramarse como si fuera un ordenador".
Enlace: Versión On Line
El desafío del jurado en el crimen de Asunta
Por Marta Fontán
Faro de Vigo
17 de mayo de 2015
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