Por Muy Interesante
Revista Muy Interesante |
Extractos:
El reciente veredicto de inocencia (o de no culpabilidad) de Michael Jackson vuelve a poner en tela de juicio la institución del jurado. Al igual que en otros casos en los que los acusados eran estrellas del espectáculo, como O. J. Simpson o Kobe Bryant, en los medios de comunicación y en los foros de internet se estableció un proceso paralelo en el que detractores y admiradores discutían febrilmente acerca de la acusación contra la estrella del pop.
Tras varias semanas de sesiones, tras escuchar a decenas de testigos, que en la mayor parte de las ocasiones no hablaban de hechos, sino de impresiones, tras la última escenificación del drama por parte del abogado defensor y del fiscal, 12 hombres y mujeres se retiraron a deliberar con la misión de establecer si su igual era culpable o no de los cargos de abuso de menores que se le imputaban. En teoría, era uno más de los cientos de casos que a diario se juzgan en los Estados Unidos. Aun así, una frase de un blog en el periódico "Los Angeles Times" quería resumir el desenlace: "Las treinta horas de deliberaciones del jurado y el gesto de Michael Jackson al salir de la sala confirmaron el veredicto de no culpabilidad en el juicio de la opinión pública."
Resultó curioso ver cómo con posterioridad al veredicto los 12 jurados comparecieron en rueda de prensa explicando las razones que les movieron a fallar a favor del acusado. Y resultó más conmovedor aún escuchar a su presidente implorar que se les dejase volver al anonimato en el que sus vidas se desenvolvían antes de ser designados para ejercer su misión.
¿Quiere la gente ser jurado? Las encuestas dicen que no. Sin embargo, las encuestas también reflejan que los ciudadanos perciben la administración de justicia como un coto cerrado en el que los actores se mueven al margen de la sociedad. Esta paradoja tiene difícil solución porque, además, los medios de comunicación se encargan de organizar y escenificar juicios paralelos en los que no tienen empacho en solicitar su opinión a la gente de a pie.
En España existe un recelo patológico hacia la institución del jurado, aunque más bien debería decirse hacia los jurados personales que en cada caso la integran. Pese a ello, la ley española opta por el jurado compuesto exclusivamente por ciudadanos inexpertos en derecho, frente al escabinado o jurado mixto, en el que los jurados son acompañados por un magistrado asesor.
Enlace: Versión On Line
El reciente veredicto de inocencia (o de no culpabilidad) de Michael Jackson vuelve a poner en tela de juicio la institución del jurado. Al igual que en otros casos en los que los acusados eran estrellas del espectáculo, como O. J. Simpson o Kobe Bryant, en los medios de comunicación y en los foros de internet se estableció un proceso paralelo en el que detractores y admiradores discutían febrilmente acerca de la acusación contra la estrella del pop.
Tras varias semanas de sesiones, tras escuchar a decenas de testigos, que en la mayor parte de las ocasiones no hablaban de hechos, sino de impresiones, tras la última escenificación del drama por parte del abogado defensor y del fiscal, 12 hombres y mujeres se retiraron a deliberar con la misión de establecer si su igual era culpable o no de los cargos de abuso de menores que se le imputaban. En teoría, era uno más de los cientos de casos que a diario se juzgan en los Estados Unidos. Aun así, una frase de un blog en el periódico "Los Angeles Times" quería resumir el desenlace: "Las treinta horas de deliberaciones del jurado y el gesto de Michael Jackson al salir de la sala confirmaron el veredicto de no culpabilidad en el juicio de la opinión pública."
Resultó curioso ver cómo con posterioridad al veredicto los 12 jurados comparecieron en rueda de prensa explicando las razones que les movieron a fallar a favor del acusado. Y resultó más conmovedor aún escuchar a su presidente implorar que se les dejase volver al anonimato en el que sus vidas se desenvolvían antes de ser designados para ejercer su misión.
¿Quiere la gente ser jurado? Las encuestas dicen que no. Sin embargo, las encuestas también reflejan que los ciudadanos perciben la administración de justicia como un coto cerrado en el que los actores se mueven al margen de la sociedad. Esta paradoja tiene difícil solución porque, además, los medios de comunicación se encargan de organizar y escenificar juicios paralelos en los que no tienen empacho en solicitar su opinión a la gente de a pie.
En España existe un recelo patológico hacia la institución del jurado, aunque más bien debería decirse hacia los jurados personales que en cada caso la integran. Pese a ello, la ley española opta por el jurado compuesto exclusivamente por ciudadanos inexpertos en derecho, frente al escabinado o jurado mixto, en el que los jurados son acompañados por un magistrado asesor.
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Jurados a la fuerza
Por Elena Sanz
Revista Muy Interesante (Divulgación científica)
5 de septiembre de 2009
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