Por Extra Confidencial.com
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Extractos:
Poco antes de que el jurado emitiera el veredicto,
estallé. Dije públicamente lo que le escribo a usted ahora. Estoy hastiado de
que hablar de legalidad se interprete como que me sitúo en la defensa de
José Bretón. No lo conozco, a diferencia de otros periodistas,
jamás me ha escrito ni yo a él. Por mi, como si se pudre en la cárcel. Me parece
un psicópata repugnante y despreciable. Pero es que yo, cuando planteo dudas o
denuncio errores, lo hago porque creo que deben acatarse las reglas del juego,
porque anhelo vivir en un país en que se respeten los derechos de todos los
ciudadanos, incluido el que se apellide Bretón. Y eso, que
tengo el convencimiento personal de que mató a sus hijos.
El fin no justifica los medios
Muchos amigos que me dicen que, en la esencia y en la
generalidad de mi discurso, están de acuerdo conmigo, pero que en el caso de
José Bretón hay que hacer una excepción. Que si ha habido
errores, no pasa nada; Si los indicios son endebles, no es importante; Si se ha
vulnerado algún derecho, que se joda; Debe ser condenado. Eso sí, me matizan,
estas frases sólo son aplicables a su caso, el resto debemos tener todas las
garantías. Me sublevo ante las ilegalidades. La Ley no puede hacer excepciones,
todos somos o deberíamos ser iguales ante ella.
Me acuerdo del caso de Dolores Vázquez y
me duele el alma pensando en lo que debió sufrir aquella mujer. Recuerdo que
afirmaban que había 33 indicios brutales contra ella, de los que no se podía
dudar ni cuestionar. Tanto que el jurado popular llegó intoxicado al juicio,
Loli era culpable, no cabía otra opción. Aquel enorme error
permitió que Tony King siguiera libre y años después asesinó a
Sonia Carabantes. Conocí a sus padres y no sabe usted como se
me encoge el estómago cada vez que los recuerdo llorando. Tan buenas personas,
tan generosos, tan humildes.
Las pastillas
No es el caso de José Bretón. Este
capullo es culpable, pero algunas evidencias no se sostienen. La primera es que
el jurado popular dio por probado (¡¡de forma unánime!!) que José
Bretón dio pastillas a sus hijos: “El acusado les suministró, en el
trayecto a las Quemadas o al llegar a la finca, un número indeterminado de
pastillas (…) para facilitar su adormecimiento total y/o su muerte”. Basan
su convencimiento en que engañó y manipuló al psiquiatra para que se las
recetara. Yo estuve todos los días en el juicio y lo que el doctor dijo fue que
se las recetó él a José Bretón porque quiso. Argumenta también
el jurado que no dio razón de su paradero, que no se lo contó a la policía, que
se comprobó que las compró y que se puso muy nervioso cuando los agentes
hallaron la receta de los medicamentos en su casa. Todo aceptable.
La pregunta es, ¿todo eso prueba que le dio las pastillas
a los niños? Obviamente no. El jurado es tan poco preciso en su respuesta que no
puede probar si se las dio en el coche o en las Quemadillas, cómo se las dio, ni
qué cantidad, ni si la intención era dormirlos o matarlos. No existe un examen
toxicológico que demuestre que fueron drogados. Yo creo que lo hizo, pero mi
opinión es subjetiva y como le digo, es tan solo una opinión, la mía.
Objetivamente, no hay prueba de que José Bretón diese a sus
hijos Motivan y Orfidal, aunque nos joda. ¿Todavía hay alguien
que cree que el jurado popular no tenía una idea previa del asunto? ¿Qué no
llegó contaminado? ¡¡Vamos, anda!!
La causa de la muerte
Dice el jurado popular por unanimidad que “una vez
que llegaron a la finca, sobre las 13,48 horas del 8 de octubre, el acusado
telefoneó de nuevo a su esposa, sin que lograra comunicar con ella, por lo que
decidió seguir con su propósito criminal”. Me pregunto como leches alguien
puede probar algo así. Lo único objetivo es la llamada, está en el registro
telefónico. Punto. Incluso, las cámaras de seguridad sitúan a
Bretón entrando en su finca a las 13,53. Pero este es un dato
insignificante. Lo único cierto es que sólo Bretón puede saber
para qué llamó a Ruth y si decidió algo en función de esa
llamada. La verdad, la única, la almacena él en su cabeza. Usted y yo podemos
suponer, pero no demostrar, y tampoco el jurado.
Sigo. “El acusado, prevaliéndose de su condición de
padre y de su mayor fortaleza física, confianza de los niños y autoridad sobre
ellos, acabó con su vida”, asegura el jurado, que al tiempo reconoce que no
puede determinarse si ya estaban sin vida cuando los colocó en la hoguera o
todavía no habían fallecido. Y una vez más no entiendo nada. Si recuerda usted,
el profesor Etxberría (al que tengo un enorme cariño y respeto)
aseguró que los niños llegaron cadáveres a la hoguera. Lo basó en el estudio
empírico de los huesos. De eso, no debería quedar ninguna duda, pero
increíblemente el jurado lo deja en el aire. Sin embargo, dice que la muerte es
violenta homicida porque lo opina el profesor vasco. ¿Cómo justifica él tan
tajante afirmación? Explica que los niños no se suicidaron. Es obvio. Asegura
que no fue un accidente. ¿Está probado que no lo fuera? En mi opinión, no. Por
tanto, José Bretón tuvo que asesinarlos.
Etxeberría asume que es sólo su deducción y reconoce que no
puede determinar la mecánica de la muerte. Pero aún así los nueve miembros
defienden que hay prueba para demostrar que los mató.
Si sigo analizando, sólo me salen conjeturas, opiniones y
deducciones racionales pero no tan lógicas como se exige para sustentar una
condena con base en indicios. Creo que Bretón es culpable, que
mató a sus hijos, que merece pasar el resto de sus días sufriendo en prisión,
pero espero que en España se condene al resto de ciudadanos en base a indicios y
pruebas de peso. A Bretón que le den, ¿no?
Enlace: Versión On Line
Caso Bretón, un veredicto que se deshace al mirarlo
Por Nacho Abad
ExtraConfidencial.com
15 de julio de 2013
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